Vida y muerte de Fico: entre líos y especulaciones
Por Rubiam Martínez Báez
La trágica muerte del
reconocido consultor Fernando Miguel “Fico” Salazar Giusti destapó asuntos
legales que rodearon su vida y abrió paso a especulaciones sobre su muerte.
Antes de ser noticia el
hallazgo del cadáver del también arquitecto sobre las rocas de un acantilado en
Luquillo, su trayectoria se vio empañada por líos legales y especulaciones en
cuanto al supuesto manejo turbio de contratos millonarios con firmas privadas y
agencias de gobierno.
Salazar Giusti, egresado del
Georgia Institute of Technology (Georgiatech), laboró como arquitecto por 10
años en la empresa desarrolladora Gutiérrez Latimer CSP. En 1992 comenzó a
fungir como consultor independiente. Su figura fue ligada a supuestos
“proyectos dudosos” en el desarrollo de proyectos inmobiliarios, alegaciones
que nunca fueron confirmadas.
No obstante, el consultor
fue demandado en 1998 por el desarrollador estadounidense John Holden,
referente a la adquisición de un terreno costero en Loíza. Salazar Giusti era
el encargado del diseño de un proyecto hotelero, para el que Holden invirtió
cerca de $1 millón. Las comunidades aledañas realizaron manifestaciones en
contra de la construcción. Incluso solicitaron la intervención de las agencias
gubernamentales ligadas a la conservación de recursos naturales y de planificación
en la Isla para investigar el proceso de otorgación de permisos del proyecto.
El terreno fue vendido posteriormente debido al alto costo del desarrollo del
mismo en una zona inundable. El pleito legal no llegó a dilucidarse en los
tribunales luego que las partes llegaran a un acuerdo confidencial.
Recientemente, Salazar
Giusti se enfrentó a las críticas que rodean la construcción del proyecto
turístico en Luquillo, en los mismos predios donde fue encontrado su cuerpo.
Defensores del Corredor Ecológico del Noreste (CEN) acudieron a diversos medios
de comunicación para denunciar tanto el impacto ambiental como la otorgación de
permisos del complejo hotelero en los terrenos considerados parte de la reserva
natural. Sin embargo, Salazar Giusti respondió que “el desarrollo de proyectos
turísticos en Puerto Rico es necesario para impulsar la economía del País,
crear empleos e impulsar a la Isla como destino turístico a nivel
internacional. La imagen distorsionada de unos pocos sobre la protección del
ambiente no puede impedir el progreso económico de Puerto Rico.” Sus
expresiones activaron tanto las reacciones de ciudadanos en las redes sociales
como de los grupos a favor de la conservación de los recursos naturales del
CEN.
La lucha de los defensores
del CEN no terminó con la muerte de Salazar Giusti. En su lugar, abrió una caja
de pandora no sólo sobre la otorgación de permisos en la zona, sino también el
manejo de los negocios de Salazar Giusti, el capital generado por sus
gestiones, el misterio alrededor de su trágica muerte y el desenlace de su
fortuna. Fortuna forjada en medio de líos legales, especulaciones y protestas.
Sólo el tiempo dirá cuál será el rumbo que tomará esta trama.

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