domingo, 14 de abril de 2013


Vida y muerte de Fico: entre líos y especulaciones
Por Rubiam Martínez Báez

La trágica muerte del reconocido consultor Fernando Miguel “Fico” Salazar Giusti destapó asuntos legales que rodearon su vida y abrió paso a especulaciones sobre su muerte.

Antes de ser noticia el hallazgo del cadáver del también arquitecto sobre las rocas de un acantilado en Luquillo, su trayectoria se vio empañada por líos legales y especulaciones en cuanto al supuesto manejo turbio de contratos millonarios con firmas privadas y agencias de gobierno.

Salazar Giusti, egresado del Georgia Institute of Technology (Georgiatech), laboró como arquitecto por 10 años en la empresa desarrolladora Gutiérrez Latimer CSP. En 1992 comenzó a fungir como consultor independiente. Su figura fue ligada a supuestos “proyectos dudosos” en el desarrollo de proyectos inmobiliarios, alegaciones que nunca fueron confirmadas.

 
No obstante, el consultor fue demandado en 1998 por el desarrollador estadounidense John Holden, referente a la adquisición de un terreno costero en Loíza. Salazar Giusti era el encargado del diseño de un proyecto hotelero, para el que Holden invirtió cerca de $1 millón. Las comunidades aledañas realizaron manifestaciones en contra de la construcción. Incluso solicitaron la intervención de las agencias gubernamentales ligadas a la conservación de recursos naturales y de planificación en la Isla para investigar el proceso de otorgación de permisos del proyecto. El terreno fue vendido posteriormente debido al alto costo del desarrollo del mismo en una zona inundable. El pleito legal no llegó a dilucidarse en los tribunales luego que las partes llegaran a un acuerdo confidencial.

Recientemente, Salazar Giusti se enfrentó a las críticas que rodean la construcción del proyecto turístico en Luquillo, en los mismos predios donde fue encontrado su cuerpo. Defensores del Corredor Ecológico del Noreste (CEN) acudieron a diversos medios de comunicación para denunciar tanto el impacto ambiental como la otorgación de permisos del complejo hotelero en los terrenos considerados parte de la reserva natural. Sin embargo, Salazar Giusti respondió que “el desarrollo de proyectos turísticos en Puerto Rico es necesario para impulsar la economía del País, crear empleos e impulsar a la Isla como destino turístico a nivel internacional. La imagen distorsionada de unos pocos sobre la protección del ambiente no puede impedir el progreso económico de Puerto Rico.” Sus expresiones activaron tanto las reacciones de ciudadanos en las redes sociales como de los grupos a favor de la conservación de los recursos naturales del CEN.

La lucha de los defensores del CEN no terminó con la muerte de Salazar Giusti. En su lugar, abrió una caja de pandora no sólo sobre la otorgación de permisos en la zona, sino también el manejo de los negocios de Salazar Giusti, el capital generado por sus gestiones, el misterio alrededor de su trágica muerte y el desenlace de su fortuna. Fortuna forjada en medio de líos legales, especulaciones y protestas. Sólo el tiempo dirá cuál será el rumbo que tomará esta trama.  

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